Blanco, negro o rosado, las tres versiones de este vino tan típico de Mallorca son una excelente opción para cualquier situación.
Un sabor único y especial, con aromas frutales y con Denominación de Origen Binissalem que sorprenderá en el primer sorbo.
Una apuesta segura que seguro que triunfa en la mesa.
Son las tres y pico, acabamos de comer y hacemos sobremesa. Una partidita de “truc” con los amigos, un café y unas hierbas con hielo (o solas). La partida se anima “¡truc!” dicen, “¡retruc, pues!”